viernes, 28 de febrero de 2014

MAQUILLAJE "TAXI" DE BARCELONA

Los taxis modernos con herederos de los coches de caballo de alquiler del siglo XIX. Como automóviles con motor, aparecieron en Barcelona el mismo año que los primeros autobuses, en 1906.
Fueron seis taxis en una única parada en la Rambla, cerca del Arc del Teatre. Por aquella época ya se veían circular algunos automóviles por la ciudad, pero no fue hasta el 3 de agosto del año siguiente que, cuatro meses antes de la creación de la Guardia Urbana, se matriculó el primer coche.


El porqué del color amarillo


A principios de los años veinte, los taxis matriculados en Barcelona eran cerca de 250, aunque
los vehículos que se utilizaban como automóviles de plaza de alquiler eran cerca de un millar.
Dentro de la ciudad había un total de 64 paradas y los clientes eran tan escasos que ningún
taxista se aventuraba a ir a buscarlos para no perder el derecho de parada. Esto propició
imágenes curiosas como las costilladas que los taxistas hacían en las paradas de la plaza de
Catalunya. Pero esta década fue la de la expansión definitiva de la industria del taxi.

En 1924, el Ayuntamiento aprobó un Código de Circulación que, entre otras medidas, hizo
obligatorio el uso del taxímetro e impuso una raya pintada bajo la ventana de los pasajeros y la
parte posterior de cada taxi para identificarlos mejor.

El color variaba según la tarifa: blanca, 40 céntimos por kilómetro; roja, 50 céntimos; amarilla, 60 céntimos y azul, 80 céntimos por kilómetro.


Con la Exposición Universal de 1929 a la vista, la flota barcelonesa de taxis creció hasta cifras
exageradas – 4.000 vehículos – en una ciudad que no llegaba al millón de habitantes. La
competencia entre la empresa David, la multitud de nuevas compañías privadas y los
autónomos, por una parte, y de todo el sector del taxi con los tranvías, los nuevos autobuses y
el metro, por la otra, provocó auténticas guerras de precios y prácticas como la de transportar
varios viajeros a la vez o la de utilizar mototaxis con sidecar.

Tras el boom de la Exposición, muchas empresas cerraron e incluso la gran compañía David,
que se vanagloriaba de no rebajar nunca sus tarifas, creó una filial llamada Goliat que sí que lo
hizo para afrontar la crisis. En julio de 1930 el Ayuntamiento impuso un poco de orden en el
sector: estableció la obligatoriedad de un mínimo de dos años de experiencia como chofer para
obtener la licencia y la tarifa única de 60 céntimos por kilómetro. En la práctica esto supuso
institucionalizar el característico color amarillo como uniforme de los taxis barceloneses, que no
se generalizó completamente hasta 1934.



El maquillaje

Tomando como referencia los tonos amarillo y negro comenzamos el maquillaje de homenaje al taxi barcelonés.

Fondo claro, correciones y polvos traslúcidos como base sobre la piel perfectamente limpia e hidratada.

Trazamos la línea de la cuenca para estructurar el ojo estilo años 70. Comenzamos el trazo con un lápiz negro el cual difuminaremos sutilmente y sobre el mismo aplicamos sombra negra para intensificar el efecto.

El pápado móvil lo rellenamos con color amarillo "taxi". Debajo de la ceja amarillo luminoso.

Delineamos el párpado inferio con el mismo lápiz.

Realizamos un eye liner en negro en el pápado superior. Acabamos con máscara de pestañas en negro.

Perfilamos los labios suavemente en negro y rellenamos con amarillo. Aplicamos gloss sobre el amarillo.

Y aquí tenemos el maquillaje acabado:







Esperamos que os haya gustado


Ana Morte

1 comentario:

  1. Wow, you are SO beautiful! I absolutely love that makeup and your amazing hair! =)

    pinkchampagnefashion.blogspot.com

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